No se me ocurre mejor titular que el que los compañeros de Asimétrica han elegido para la próxima Conferencia Anual de Marketing de las Artes .La gestión de las Artes se enfrenta a retos que exigen un cambio profundo de mentalidad en la manera en la que se gestionan, se conciben y se ofrecen, porque el público, lo queramos o no, ya ha cambiado el modo en que las consume. La audiencia ha tomado la iniciativa y elige entre una oferta cada vez mayor de un modo cada vez más exigente.
Como dice John Tusa, ex director Gerente del Barbican y uno de los ponentes en la próxima Conferencia de Marketing de las Artes: «Las experiencias microscópicas de problemas concretos en el entorno de las artes nunca se solucionarán solas, una a una, caso a caso, o problema a problema. Se convertirán en innumerables focos de tristeza, decepción, resentimiento y lamentaciones. El único modo de aliviar el actual, creciente e intenso sufrimiento que padecen las artes pasa por una visión más amplia y estratégica de las nuevas oportunidades, de nuevas maneras de pensar y de acciones más valientes. Y esas soluciones sólo pueden venir de un liderazgo mejor y más creativo.» (A Pain in the Arts. p15)
Esto no significa muera lo viejo y viva lo nuevo. Hay jóvenes con ideas muy viejas y muchos veteranos que llevan años mostrando cuál es el camino a seguir. Significa, en mi opinión, que tenemos que repensar la cultura para darle un enfoque estratégico diferente.
Para empezar, podríamos plantear 3 necesidades:
1.- La necesidad de respuestas transversales para cada sector e incluso para las artes como industrias creativas, capaces de traspasar la frontera de nuestra pequeña experiencia personal o las miserias de cada agente en cada sector. Es necesaria la multidisciplinariedad, superar la falta de datos y construir proyectos con una idea global de la cultura.
2.- La necesidad de conectar nuevamente con un público que es capaz de gastarse grandes cantidades de dinero en un evento: Rey León, Leo Harlem, Circo del Sol, pero que no conoce las múltiples posibilidades que ofrecen los pequeños teatros, donde se realizan experiencias que apreciaría y a las que estaría dispuesto a volver: visibilidad y políticas de públicos.
3.- La necesidad de recuperar las artes como un valor para la sociedad, tanto desde la educación como desde el servicio a las empresas. Durante la crisis nos hemos esforzado tanto por demostrar la importancia de la cultura en la economía, que hemos dejado a un lado que ese no es su principal valor. Mientras la sociedad no perciba las Artes como algo suyo e irrenunciable, no saldrá a la calle a defenderlas, como ha sucedido con la Educación y la Sanidad.
La Conferencia de Marketing de las Artes es una oportunidad para repensar las cosas. Para conocer qué hacen otros y cómo han conseguido superar los problemas que nos acucian. Pero también para mirar más alto, para buscar esa mirada global que nos puede permitir responder conjuntamente hacia dónde queremos ir o qué queremos ser en el futuro. Nunca he salido de estos encuentros sin al menos una idea y al menos un contacto. Y siempre he echado de menos a los pequeños empresarios. Me gustaría que este año nos encontráramos allí.