Parece obligatorio comenzar el 2016, como todos los años, deseando lo mejor a todos y cada uno. Pero lo cierto es que las cosas, grandes o pequeñas, no cambian hasta que alguien decide ejecutar el cambio. Este año no será mejor para la cultura si no se afrontan algunas de las necesidades que la desidia de años anteriores hacen cada vez más urgentes e imprescindibles. En palabras de Einstein «si seguimos haciendo lo que estamos haciendo, seguiremos consiguiendo lo que estamos conseguiendo». Estos son algunos de mis deseos para que este año sea nuevo.
- Deseo una nueva mentalidad que nos permita trabajar como sector y por el bien del sector. Comercial frente a alternativo, entretenimiento frente a artístico, televisivos frente a teatreros, compañías frente a programadores, productores frente a artistas… Demasiadas veces percibimos al otro como enemigo y dejamos escapar la posibilidad de conseguir juntos aquello que nos atañe a todos. Esto no implica que cada uno no pueda defender lo suyo, sino que debemos unirnos para conseguir el beneficio común.
- Deseo una nueva manera de enfocar la profesión del creador, que permita a los artistas vivir de su trabajo si no con cierta holgura, al menos con cierta dignidad. Espero que el Estatuo del Artista implique un cambio significativo en esa dirección.
- Deseo medidas específicas de impulso a la creación de empresas culturales encaminadas a atraer la inversión a este sector, como se hace en todos los sectores productivos. ¿Qué empresario querría invertir en un sector al que se le ha subido el IVA un 13%?¿Para cuándo la cacareada Ley de Mecenazgo?¿Por qué los empresarios de Artes Escénicas no pueden ser tratados, como cualquier otro?¿No crean también riqueza y empleo?
- Deseo una normalización de las giras de manera que los montajes de calidad puedan hacer una gira nacional sin tener que pasar por 17 redes de Comunidades Autónomas. Y que los montajes de los centros nacionales de producción, que pagamos todos, puedan ser vistos por todos, y no mueran tras su fugaz paso por los centros nacionales de exhibición.
- Deseo una nueva relación con las Administraciones en que la cultura ocupe el lugar que le corresponde, sin ser ninguneada ni insultada como en la última legislatura. Deseo licitaciones transparentes, públicas y publicitadas, a las que se pueda concurrir en igualdad de condiciones. y en las que el público sea invitado a las presentaciones de proyectos y pueda conocer de primera mano qué proyecto es mejor, más ilusionante o más sostenible.
- Deseo que deje de instrumentalizarse la cultura limitándola a su valor económico o a su retorno social, y que empecemos a valorar proyectos con términos cualitativos. ¿A nadie le ha extrañado que en los criterios de selección de la nueva convocatoria de Madrid Activa la calidad artística figure en tercer lugar, por detrás del retorno social y el carácter representativo del patrimonio cultural madrileño?
- Y deseo también un nuevo modelo de relación con la sociedad que vuelva a hacer a la cultura (y las humanidades) lo suficientemente importantes como para salir a la calle a defenderlas como algo imprescindible. Tenemos una parte importante de la responsabilidad en este empeño que , o bien nos devuelve al papel relevante que la cultura debe jugar en la sociedad o bien nos condenará, en palabras de Ángel González, a la «Muerte en el olvido»
Deseo un buen año a todos los que trabajan para que este sea un año nuevo para las Artes y para que dejemos de reincidir en los errores repetidos. A los demás les deseo que despierten o que, por lo menos, sigan dormitando sin molestar. Estamos trabajando.
Feliz Año… si es nuevo.